Saltar al contenido

La escritura automática

Todo aquel que haya practicado la escritura automática —hasta donde es posible esta tentativa— conoce las extrañas y deslumbrantes asociaciones del lenguaje dejado a su propia espontaneidad.

El ritmo, Octavio Paz.

Los poetas surrealistas de los años veinte (s. XX) desarrollaron un método para dejar emerger el ‘subconsciente’ (o el yo interior) a través de la escritura. Sin atender las preocupaciones estéticas, morales o cualquier otro control de la razón como la gramática, el poeta se entregaba, libre y espontáneamente, al fluir de las palabras. Esta forma de experimentación se denominó escritura automática.

Ese automatismo consiste en ‘dejarse llevar’ por cierta inspiración o motivo represado en su interioridad (emoción o ideas fijas) que, al liberarse sobre un papel u otro medio de escritura, logra desencadenar una expresión total e integra de su ser, sin ataduras racionales o complejos frente al acto de escritura.

El resultado puede ser la conexión de palabras, ideas o frases incoherentes, creativas, absurdas o ingeniosas. En todo caso, algo sucede. Y esperamos, desde nuestro punto de vista, que la escritura automática sirva como un ejercicio para destrabar nuestra relación con la palabra y ‘conjurar’ el horror frente a la hoja en blanco.

¿Cómo hacer escritura automática?

La tarea para realizar este método consta de las siguientes condiciones:

  • Un ambiente tranquilo, sin ruidos ni distracciones.
  • Una posición del cuerpo relajada y apta para escribir.
  • Mantener una mente sin perturbaciones de ningún tipo, concentrada.
  • Tener una hoja en blanco y escribir en el momento en que usted considere oportuno.

No se preocupe de qué va a decir ni cómo, solamente entréguese a la palabra. Tampoco realice este acto con la intención de escribir alguna ‘genialidad’ o idea preconcebida.

Ensaye la escritura automática. ¡Su escritura automática! No se detenga a pensar en ningún momento, ni se preocupe si está bien o mal lo que está escribiendo. Entréguese a la libertad de expresión, y enséñenos luego su resultado en la actividad correspondiente para este fin.

En palabras de uno de los poetas precursores del surrealismo, André Bretón, en el manifiesto “Secretos del arte mágico del surrealismo”, plantea el siguiente mecanismo de composición:

“Ordenen que les traigan con qué escribir, después de situarse en un lugar que sea lo más propicio posible a la concentración de su espíritu, al repliegue de su espíritu sobre sí mismo. Entren en el estado más pasivo, o receptivo, de que sean capaces. Prescindan de su genio, de su talento, y del genio y el talento de los demás. Digan hasta empaparse que la literatura es uno de los más tristes caminos que llevan a todas partes. Escriban de prisa, sin tema preconcebido, escriban lo suficientemente de prisa para no poder refrenarse, y para no tener la tentación de leer lo escrito. La primera frase se les ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña a nuestro pensamiento consciente, que desea exteriorizarse” (Primer Manifiesto).

Beneficios de la escritura automática

Uno de los beneficios de esta práctica de escritura reside en el énfasis sobre la facultad de asociación de ideas. Una poderosa fuente a la que acude la poesía para la creación de mundos de ensoñación, del encuentro de lo inesperado, del nacimiento prodigioso de la imagen poética. Pero, también, constituye un beneficio en general para el desarrollo del pensamiento. Una idea, palabra o imagen en relación con otra, en apariencia disímil, puede provocar la ‘chispa’ para la producción de nuevos sentidos.

Lo que llamamos ‘inspiración’ o todo lo que signifique el resultado de procesos creativos, usualmente no obedece a las leyes de la lógica formal. Requerimos que nuestro universo de conexiones neuronales construya nuevas redes, nuevas asociaciones, que se activan con mecanismos como la escritura automática

Testimonio de escritores

Fragmento de una entrevista al director argentino Eliseo Subiela:

¿Cuál es el proceso creativo que sigue a la hora de concebir las historias de sus filmes?

‒La escritura automática. Primero escribo con el subconsciente y después con la razón. Siempre estoy escribiendo. Guardo ideas permanentemente. Por ejemplo, el guion de Un hombre mirando al sudeste lo escribí en un mes porque hacía mucho tiempo que tenía la idea.

La escritora Siri Hustvedt relata su primer encuentro con la escritura automática:

En 1978 llegó a Nueva York, con 23 años, un poema publicado en The Paris Review y un cupo para un doctorado en Literatura en la Universidad de Columbia. Empezó a escribir ficción, pero no pasaba de las dos primeras páginas. Un amigo profesor le sugirió la escritura automática, llenar hojas sin la autocensura de la calidad o la lógica. "Esa fue la manera como logré descargar la ansiedad de escribir 'algo bueno' ‒dice‒. El pasado literario pesa mucho en un escritor joven y te puede estrangular. La escritura automática me permitió acceder a partes de mí a las que no había podido llegar antes".

Tomado del diario El Tiempo, 24 de octubre de 2009.

Escribir es un conjuro

En Suráfrica se oye con frecuencia este refrán: “Los vivos les cierran los ojos a los muertos, pero los muertos les abren los ojos a los vivos”. El escritor Arturo Guerrero lo trae a su memoria porque piensa que su libro El promontorio dorado (Ediciones Aurora) tiene en esencia esa propuesta: “Es un libro que habla de los muertos para que les sirva a los vivos, para abrirles los ojos”.

(…)

¿Cómo pensó la estructura? “Fue una sorpresa. Usé, en buena medida, la escritura automática. Cada párrafo me llevó al otro. No sabía, en el principio, para dónde iba todo, cuántos capítulos iba a tener. Dejé que brotara. Al releer, me encontré con una estructura que no me había propuesto. Para mí la musicalidad del lenguaje es lo más importante. Lo que más me interesa es que las palabras suenen, que en ellas haya música”.

Tomado del diario El Tiempo, 11 de mayo de 2007.

Textos originales de Fabián Giraldo Bermúdez

Fragmento extraído del libro El guion de la escritura®

1 comentario en «La escritura automática»

  1. Doy talleres de escritura automática y se corresponde buen con lo que leí en este artículo. Pero no he logrado encontrar “recursos escriturales” que permitan a las personas hacer “algo más” con el material que emerge de los ejercicios de escritura automática.
    En general quedan unos textos “liberadores” e ingeniosos, pero no mucho más. Necesito pistas sobre esto

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *